La vida y la muerte son siempre un tema emblemático para el ser humano.

Hay quien cree en la resurrección, en la reencarnación, en las consecuencias que puede conllevar el vivir de tal o cual manera. Para algunos la muerte es dolor, para otros es fin de la angustia; hay para quienes es castigo eterno. Pero sin lugar a dudas pensar en el momento en el que se desprende el cuerpo del alma nos regala un momento de reflexión. El tiempo en su dualidad nos permite ver el ciclo de la vida repitiéndose constantemente, momento que supera nuestra voluntad. Tanto el nacimiento como la muerte son momentos que dan paso al rito, a la observación, al acompañamiento de aquello de lo que formamos parte. Hay quien hace su ceremonia en casa, en funerarias o en escenarios; hay quien simplemente calla, llora, ofrenda, ríe, crea.

Es importante creer, creer en nuestras capacidades, confiar en nuestro discurso, en fortalecer nuestra individualidad; de esta manera se generan herramientas personales para vivir mejor en este presente de cambios constantes. Sólo de esta manera podremos convertir el ruido en sonido.

Las características de los instrumentos hechos con material de desecho nos acercan a la idea de aprovechar lo que ya somos, lo que ya tenemos; acercarnos a un presente para aprovechar al máximo nuestras capacidades y no dejar al futuro el anhelo de lo que podríamos ser o hacer, aún a riesgo de que las circunstancias nunca sean lo que deseamos.

“RéquieMX, un tema sin variaciones”: un canto a mi país, una necesidad personal de querer encontrar alivio transformando nuestra realidad en sonidos aparentemente rústicos, que ofrezcan al alma la sencillez del bienestar y la reflexión.

Reciclar, reutilizar, recrear, crear…